Creatividad responsable

Asistimos a una de esas épocas que los futuros historiadores calificarán de “decadente”. Una época, un modelo, se tambalea mientras pocos se atreven siquiera a formular el simple e inteligente ¿qué vendrá después?

Vivimos en un sistema monetario basado en la “escasez de recursos”, lo que induce a los individuos y corporaciones más capacitados a crear escasez para sacar beneficio. Y, la pócima que alimenta este sistema: la deuda.

Individuos, familias, regiones, empresas y países enteros están llegando al límite: si de repente todos pagaran sus deudas nos encontraríamos con la paradoja de que el dinero se esfumaría. ¡Pluff! Caeríamos en la cuenta de que el papel impreso era un invento para que unos pocos se lucraran con el concepto de “interés” por la deuda suscrita.

Otro aspecto en decadencia es el “todo vale” para crear riqueza. Ahora tenemos datos de los subproductos que dicha actividad genera: contaminación, calentamiento global, paro, desigualdades sociales, pobreza endémica de países enteros… Ahora los ciudadanos exigimos información precisa sobre el impacto que los productos y servicios que consumimos tienen sobre la sociedad y el entorno.

Esta no es una pequeña crisis cíclica. Los economistas de élite la califican ya de recesión, y los más agoreros intuimos un largo período de decadencia, que pasará en unos años por el reconocimiento de que estábamos ya inmersos en una gran depresión económica como telón de fondo de una profunda transformación de modelo socioeconómico.

En los períodos de decadencia dos corrientes contrapuestas despliegan su energía y capacidades hacia la consecución de sus respectivos objetivos. El escenario que intuimos para el futuro inmediato es el siguiente: Dos equipos ante un partido sin duración determinada, ante un proceso de transformación

Por un lado el primer equipo, de carácter económico, técnico e ingenieril, se pondrá manos a la obra a las órdenes de quienes siguen creyendo en la viabilidad del actual sistema. Proliferarán los cálculos de probabilidades aplicados a las finanzas, la estadística, los estudios de mercado, las técnicas de marketing conductual, etc., etc… Todo lo que sea necesario para garantizar que “el enfermo” sale de la UCI y puede aún incluso gozar de buena salud durante un largo período de tiempo más. Reactivar el consumo a través del endeudamiento y la producción masiva de bienes y servicios tal como hemos conocido en los últimos años será el objetivo del primer, gran y poderoso equipo.

El segundo equipo aún se está creando. No hay fichajes estrella, no tiene recursos económicos, presidente ni entrenador. Tampoco está centralizado ni coordinado.

El único valor de esta segunda corriente es la creatividad. Frente a aquellos que intentan una y otra vez reformular las viejas fórmulas por muy ineficaces que se hayan mostrado, existe un indeterminado número de personas, dispersas por todo el mundo, capaces de enfrentarse al reto de lo que aún no existe: emprendedores en el sentido más amplio del término, arquitectos, diseñadores, artistas, intelectuales, trabajadores sociales, etc…

Esta segunda corriente intuye que hay que sustituir una “economía de la escasez” por una “economía de los recursos”: con el conocimiento y la tecnología actuales es posible generar energía limpia e ilimitada, mediante la automatización es posible liberar a las personas del trabajo mecánico; transporte rápido y limpio, bienes y servicios al alcance de la mayoría -incluso de los países pobres-, alimentos en cantidad y calidad suficientes para todos, etc…

Pensar e instaurar un nuevo diseño de sociedad es una utopía. Pero quienes estamos entrenados para pensar creativamente tenemos la responsabilidad, al menos, de proponer “rediseños”, derivando nuestro talento y esfuerzo hacia actividades y empresas sostenibles social, económica y ambientalmente.

Alinearse en uno u otro equipo es el primer paso. Nítida ofrece asistencia para pensar creativamente, para abrir horizontes, a todos aquellos que lideran proyectos orientados hacia la nueva sociedad y la nueva economía emergentes.